jueves, 17 de diciembre de 2009

De las clases de esquì

soy una paranoica del protagonismo y cualquier cosa que hago tiene que salir bien sobre todo cuando estoy en pùblico, al menos en teoria por ejemplo practico yoga y aunque tengo poco tiempo de haber iniciado hago todo lo posible por estar con las patas pa'rriba junto a los alumnos de "avanzados", cuando iba a aquagym me sentìa nadadora olimpica con gorra y traje de baño Arena ultimo modelo, casi siempre me sale bien cualquier deporte al menos hasta que conocì los esquies, todo sucediò en Madonna di Campiglio en el norte de Italia, eran las 8 de la mañana y ya estaba desayunando, tenìa puesto un ski suit de Prada, orejeras negras muy monas y botas de esqui plateadas osea como de revista, a las 8 y media baje al sòtano del hotel donde la renta del equipo, pedì un 38 yo calzo 37 pero como tenìa calzetas gruesas era mejor 38, le dije al monito del negocio que era la primerisima vez y que me diera unos esquies para principiantes, eran de color rojo casi nuevos no estaban ni siquiera rayados me dijo que metiera la pata pa' ver como me estaban, entrò de volada, -WOW es la primera vez?- si! -se me hace que tienes madera por que todos siempre se tardan en ponerselos- sonreì como diciendo claro yo soy buena para todo wey!
5 minutos después las dichosas botas me estaban torturando los chamorros que ni grilletes de esclavo africano!! nunca habìa sentido un dolor asì en las piernas y eso que estoy acostumbrada a usar tacones de 12 centimetros y correr con ellos!! Gianluca dijo que era normalisimo que entre màs dolor mejor resultaba el "agarre" a la hora de curvar, ya en la nieve con una pendiente de unos 30 grados osea leve, llego un tal Alessandro (varias amigas me habìan dicho que una de las mejores cosas de aprender a esquiar era el maestro por que hay muchos guapos, esta era una excepcion), que era mi maestro me dijo las cosas bàsicas y todo iba bien en la teoria pero a la hora de bajar yo sentìa que iba en chinga!
Después de repetir unas diez veces... nada! nomàs no aprendì a frenar, asì que sentìa que me iba a estrellar con algùn cristianito que se atravesaba o algùn experto que pasaba de volada enfrente de mi, un fracaso total estaba toda sudada que ni con lecciòn de zumba, la bufanda soltaba pelusas negras que ya tenìa pegosteadas por toda la jeta, los lentes estaba empañados y mi rimel no waterproof sufrìa las consecuencias de la humedad ademàs las pantorrillas cada vez dolìan màs... después de 4 caìdas por no saber frenar... las làgrimas!!
No por los madrazos que me acomodé sino por creerme estùpida!! el Alessandro con cara estupefacta diciendome -si esquias debes hacerlo por diversiòn y hobbie, tu quieres aprender por saber hacer algo màs- Belen Rodrìguez la estrelleta del momento iba pasando unos 5 metros lejos de mi con sus orejeras de Hello Kitty y un ski suit fiusha muy mona, cuarenta euros màs tarde me quité las malditas botas y fué casi casi como un orgasmo, lo juro en la nieve no me pondré en las patas algo màs grande de 25 cms.